Con la crisis económica hemos sido testigos de la caída de pequeñas empresas y grandes corporaciones, que no han podido soportar los vaivenes de las vacas flacas.
Normalmente, cuando una organización no es rentable para sus dueños o inversores puede que la directiva plantee vender la empresa. En estos casos un punto muy controvertido es la situación de los trabajadores.
Ante esta situación los empleados no pueden hacer nada, ya que se trata de una operación ajena a ellos, por lo que no podrán tomar ningún tipo de decisión.
Si estas en esta situación te asaltarán mil dudas y la incertidumbre sobre tu futuro profesional en tu actual puesto de trabajo. ¿Seré despedido? ¿Reubicado? ¿Qué condiciones tendré?
Los escenarios que nos podemos encontrar son los siguientes:
– Los trabajadores siguen en su puesto habitual, conservando sus condiciones laborales y continuando con la actividad cotidiana. Sus derechos y obligaciones siguen siendo los mismos, por lo que no cambia nada para ellos.
– Si los nuevos dueños no quieren mantener la plantilla o por lo menos no a todos los trabajadores esto será un punto a negociar en el traspaso de la empresa. Normalmente son los antiguos dueños de la organización son los que deben hacerse cargo de los trabajadores y despedirlos asumiendo los costes de dicho trámite.
– En el caso de que sea el propio trabajador el que no quiera formar parte de la plantilla con los nuevos propietarios, deberá solicitar una baja voluntaria rechazando su derecho a cobrar el paro. De esta forma romperá cualquier relación laboral con los nuevos empresarios.
De cualquier forma, es muy importante que exijas tu derecho a ser debidamente informado sobre el trascurso de los hechos. Es importante que conozcas la fecha de la compra-venta, las causas y las consecuencias que tendrán en la plantilla.
En Nuño Jiménez Asesores ofrecemos un tratamiento personalizado, para que tus derechos sigan intactos. Llámanos e infórmate sin compromiso.
